JOSELITO & ANITA ORELLANA

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Quito, Pichincha, Ecuador
I´m baptist missionary by faith with PMM Inc.,USA I'm married and with my wife Anita have four marvelous daughters. Our principal ministry is theological education. My passion is write, preach & teach about my Lord Jesus, around my country Ecuador, and Latin America. Dr. Joselito Orellana. DMin. PhD. Born in Ecuador, in Piñas City, province of El Oro Living in Quito, since 1985. Baptist Pastor's 18 years old. It missionary for Latin America Palm Missionary Ministries Inc, USA. It is involved in the ministries of higher theological teaching, pastoral training, church ministry, family counseling, literature, bioethics, and educational administration. Master's degrees (Colombia, Ecuador and Spain): Bible; Theology; Educative Management; and, Bioethics. Doctor of Ministry in Theology (DMin.) and Doctor of Philosophy in Theology (PhD) awarded by Vision International University, from Miami, FL-USA.

Saturday, August 5, 2017

LA SOLEDAD: Una compañera inexorable

Por, Dr. J. Joaquín Orellana. DMin. PhD.
Misionero de Palm Missionary Ministries Inc., USA.
Octubre 2015
Todos los derechos reservados por el Autor.

“… y ordenó –Herodes- decapitar a Juan en la cárcel. Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre. Entonces llegaron  sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús. Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado (…) Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí soloMt. 14:10-13a; 23.

La soledad no es buena según la Biblia (Cf., Gén. 2:18-24). El retraimiento es otra cosa y es positivo además. Jesús mismo lo experimentó varias veces por ejemplo: su éxodo de 40 días por el desierto; cuando eligió a sus doce apóstoles pasó la noche orando solo; antes de la cruz oró solo en Getsemaní y solamente acompañado por tres de sus discípulos más cercanos, etc. Pero el retraimiento más dramático, humanamente hablando, fue el que experimentó cuando murió su precursor profético y primo, Juan el Bautista.

El ser humano es gregario por naturaleza, pues esa es parte del imago Dei (imagen de Dios) en toda persona. Dios (Elohim) es un ser espiritual, santo, pero personal y social. Lo demostró en la creación del universo, en su irrupción en la torre de Babel, en el evento Crístico (bautismo, transfiguración, glorificación, etc.)

¿Qué es la soledad? La soledad es un fenómeno humano alienante y lesivo. La soledad es inexorable, tarde o temprano tendremos que experimentarla y confrontarla. Generalmente no se la busca pues ella viene dolorosamente en nuestro encuentro cuando menos lo pensamos. El ser humano puede experimentar soledad en circunstancias tales como: la viudez; la orfandad; la prisión; el abandono por parte de la familia; enfermedades crónicas y/o terminales; el divorcio; la esterilidad; la violencia intrafamiliar; la vida monástica; el ser ermitaño o soledad intencionadamente deliberada, etc.

¿Hay algo bueno en la soledad? Sí, aunque la soledad no es buena en sí misma, puede proveernos la oportunidad de disfrutar la mayor y mejor de las compañías, que es la del Señor Jesús. No te dejaré ni te desampararé es una de las miles de promesas que se encuentran en la Biblia. Es una de las pocas promesas, además, que encontramos tanto en el AT como en el NT (Cf., Dt. 31:6-8; Jos. 1:5; Hb. 13:5). Dios es un ser gregario y creó al hombre como tal para relacionarse con él, y para que también el ser humano disfrute la compañía de los demás. La soledad es deprimente lapidaria y extremadamente peligrosa. Entre la soledad, la depresión y el suicidio, hay solo un medio paso.

Lo más triste, irónico y paradójico de la soledad es que podemos estar circuidos de mucha gente, y no obstante y de hecho, sentirnos solos en medio de la muchedumbre, pues la soledad no tiene que ver solamente con la ausencia física de las personas, sino y sobre todo, con la ausencia emocional de las personas. Es decir, hay mucha gente que vive en medio de la más tétrica soledad por abandono emocional, pero rodeado de muchas personas. Y a veces son ellos mismos los que se aíslan, o los que la sociedad ha discriminado y marginado por prejuicios irracionales u homofóbicos.

La muerte de un ser querido también es otro de los desencadenantes de la soledad más terrible. Hay gente que jamás se recupera emocionalmente por la muerte de un familiar. Es verdad que nadie está plenamente preparado para soportar tal crisis, sin embargo, es bueno pensar con objetividad, sobriedad y madurez sobre ese escenario terrible pero ineludible. La muerte de un ser querido implica para los deudos, experimentar un proceso de duelo que debe darse en varias etapas como: la impresión o shock inicial que ocurre cuando nos enteramos de la muerte del ser querido; luego la negación del hecho, pues la mente sabe lo qué pasó pero la conciencia se resiste a aceptar la pérdida; más tarde, la rendición ante el pesar como una vía de escape, pues las emociones no se resisten y brotan fluidamente; después, aprehender a vivir con los recuerdos, es decir, se está pasando de las emociones a la mentalidad del hecho; y, finalmente la etapa de la aceptación de la muerte del ser amado, y afirmación de la vida presente del deudo. No hay tiempos exactos para cada etapa, ya que las circunstancias y las personas son distintas, sin embargo, se espera que los deudos superen, tan pronto como puedan, cada etapa hasta llegar al final deseado y aceptable.

Las personas deben entender que todo este proceso de luto es normal, y que todo ser humano pasa por él sea consciente o no de aquello. No hay prisa, el pesar por el duelo se mueve a su propio ritmo. Por ello es preciso confiar en Dios personalmente, para que Él pueda echar mano de esta crisis aguda y potenciar nuestra vida presente, pues no es justo vivir en el pasado con las personas, problemas y relaciones del pasado. La vida continua y debe continuar pero enriquecida por esta experiencia. La Biblia dice que “… el que comenzó la buena obra en vosotros la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Hay que encontrar nuevos significados en la vida para todo lo que uno es, hace y tiene. Es necesario celebrar las buenas memorias del difunto sin estar obsesionado por sus recuerdos. Dios es amor y es ese amor el que debe permanecer en nosotros para siempre (Salmo 118), porque precisamente permea cualquiera de nuestras dolorosas circunstancias.

El final aceptable de este proceso de luto es aceptar plenamente la muerte del ser querido y reiniciar, e incluso, repotenciar la vida gratificada por esa experiencia. La vida continua, sí, aunque no debe ni tiene que continuar igual o peor que antes. La vida debe continuar pero enriquecida, significada y potenciada gracias a la vivencia de la crisis del duelo. El duelo no tiene necesariamente porque ser lúgubre y doloroso, es una circunstancia punzante, que puede proveernos bendiciones especiales como; encontrar nuevas y significativas relaciones, ver lo que antes no pudimos ver, encontrarle mejor sentido a nuestra vida, generar nuevas y mejores experiencias, proponernos nuevas y mayores metas, alcanzar nuevos sueños y desafíos, etc.

¿Qué hacer para enfrentar la soledad? Arrieros somos y en el camino andamos dice un viejo adagio, que me recordaban oportunamente mis padres. La situación del otro, puede ser la nuestra en un momento determinado de nuestra vida. Por ello debemos ser más humanos, solidarios y fraternos ante el dolor de los demás.

Finalmente, permítame compartir algunos consejos prácticos para sobrevivir la crisis de la muerte de un ser querido, como la de cualquier otro tipo de pérdida significativa:

  • Enfrente la realidad de la pérdida. Vivir negándola no es una opción adecuada y lo peor, no ayuda en nada y nos fosiliza.
  • Haga algo con el problema. Tome acción positiva, pues la inacción es fatalismo.
  • Evite el síndrome de la culpabilidad. No piense que el mundo le debe algo, o que usted le debe todo a los demás, y/o que la tragedia fue su culpa. Eso es fóbico y no es verdad.
  • Busque ayuda en la compañía de otros, pues para sobrevivir en la vida hay que ser práctico y dejar los sentimentalismos románticos.
  • Inventariar y archivar las pérdidas. Olvidar las cosas pasadas, aunque es difícil hacerlo por cuenta propia, hay que darse uno mismo para hacerlo.
  • Decida seguir adelante No sea aplastado por el fracaso. Job tuvo una crisis pero logró salir adelante. Otras personas también lo han logrado. Con Cristo en su vida como Señor y Salvador, y el apoyo amoroso de otros, usted también puede hacerlo.
  • Tenga fe sobre todo. Aprenda a apelar a esos recursos internos de la fe sin la cual es imposible agradar a Dios. La fe lo puede todo y es el ladrillo con el cual Dios construye verdaderos milagros en nuestra vida.

De alguna manera, las crisis por las pérdidas, incluyendo la muerte de seres queridos, nos preparan para nuestra propia partida de este mundo. La Biblia enseña que la muerte de los creyentes no es el final de su historia sino que es un “éxodo” a una vida mejor gloriosa y eterna con Jesucristo (Cf., Lc. 9:31; 2 Ti. 4:6ss; 2 Pd. 1:15). Por lo tanto, la muerte no es el final de nuestro peregrinaje acá en este mundo, sino sencillamente el comienzo de la verdadera vida eterna y trascendente. Sin embargo, el concepto de muerte o “partida” trae consigo temores y quebrantos (como en la celebración del día de los difuntos), por lo que es pertinente culminar este artículo recordando lo que mencionó un hombre sencillo, campesino, y humilde pastor de ovejas: David; pero que encontró en el único Dios verdadero a su “pastor” eterno, y que en su poética Opus mágnum, el cántico de la oveja nos dejó un exhorto maravilloso, cuando dijo:

“… Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la casa de Jehová moraré por largos días” Slm. 23:4-6. ¡Amén...!

Noviazgo...!

Dr. J. Joaquín Orellana, PhD.
Palm Missionary Ministries, Inc. USA.
Todos los derechos reservados.

Hoy en día a cualquier relación se le llama noviazgo. De hecho hay personas casadas que después de varios años se dan cuenta de que la persona con la que se casaron no se parece en nada a la que creyeron conocer. La tasa de divorcios en Ecuador y AL se ha triplicado. El matrimonio y la familia son una especie en extinción. Hoy se han creado derechos legales que le permiten a las personas generar relaciones "legales" pero muy disímiles de lo que enseña las Sagradas Escrituras, como las llamadas, uniones de hecho. Recordemos que no todo lo legal es moral, ni viceversa.

Por qué la gente se equivoca tanto y se ha generado una especie de verdadera pandemia en torno al matrimonio y la familia? Después de muchos años de experiencia en la consejería pastoral, y estudio sobre ese campo, creo firmemente que parte de la respuesta está en la selección de la persona, del tiempo y las circunstancias. A la luz de la teología bíblica, encuentro tres principios bien definidos para establecer una relación de noviazgo inteligente, honesta y perdurable en el tiempo y con calidad axiológica.

  1. El principio de idoneidad. Este principio se refiere a dos aspectos fundamentales existenciales de la relación afectiva: por un lado, el aspecto físico, es decir, un hombre para una mujer y viceversa; y por otro lado, el aspecto espiritual, un creyente para una creyente, o en otras palabras un renacido por el Espíritu de Dios, para otra persona en iguales condiciones espirituales. Cuando perdemos de vista este principio, ya hemos perdido la bendición que Dios tiene para el matrimonio. Dios no puede bendecir lo que no nace en su perfecta, santa e inmutable voluntad. Este principio define la naturaleza de la relación matrimonial según la Biblia: que es ser una parábola actuada de la relación espiritual de Cristo con su iglesia (Cf., Ef. 5)
  2. El principio de compatibilidad. Este principio se refiere en cambio, a los perfiles caracteriológicos. El temperamento es genético, y el carácter de la persona, es una construcción dinámica en la que intervienen además factores ambientales, espirituales y circunstanciales. No existe el carácter bueno o malo. Todo perfil caracteriológico tiene virtudes que hay que potenciar, y debilidades que hay que minimizar. No obstante, cada persona deben conocer con precisión las características de su temperamento dominante, y lo propio de su novio(a). De este modo estarán más abiertos a aprovechar las diferencias en función de cohesionar la relación y generar una convivencia más gratificante, enriquecedora y consolidada. Por lo tanto, este principio tiene que ver con la identidad de la relación matrimonial, porque de los dos perfiles, resultará uno solo en términos de adecuada complementación.
  3. El principio de funcionalidad. El matrimonio es una relación sagrada creada por Dios con propósitos bien definidos. De hecho, según la teología bíblica pastoral, el propósito del matrimonio no es la felicidad -como mucho se habla-, sino la santidad. Y siendo santos es que terminamos siendo verdaderamente felices. Sin embargo, en términos particulares, el matrimonio debe tener el propósito de consumar el proyecto de vida existencial de cada uno de los integrantes. No debemos casarnos por simple esnobismo, presión social, interés material, o emocionalismo pasajero. Debemos casarnos con la convicción de que esa relación nos ayudará a consumar la realización gratificante y significativa de sueños y proyectos comunes que Dios sembró en nuestro corazón. Por ello este principio tiene que ver con el propósito del matrimonio. En el matrimonio desaparecen por obvias razones las individualidades de metas para conjugarse en un solo proyecto de vida conjunto.
El Señor Jesús en Marcos 10:6-9, dijo respecto del matrimonio que: Pero al principio de la creación Dios “los hizo hombre y mujer” “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo” Así que ya no son dos, sino uno solo.  Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
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Friday, August 4, 2017

Documentos de Compromiso para Padre e Hija, a propósito de la Conferencia dictada en el Centro Larson de HCJB, en la Ceremonia Besos de Mariposa.

MI COMPROMISO COMO PADRE
Por, Dr. J. Joaquín Orellana, PhD.
Palm MIssionary Ministries, Inc.  USA.
Todos los derechos reservados por el Autor.
Reconociendo que la Paternalidad es un regalo y un privilegio maravilloso dado por Dios, pero que implica también una responsabilidad extraordinaria; y luego de comprender mejor las implicaciones que este rol histórico entraña, yo ___________________________, padre de ___________________________________________, me comprometo a seguir el modelo de la Paternalidad Autoritativa de Dios.
Delante de Dios, solemnemente, me comprometo a:
·       Ser un hombre piadoso delante de Dios, buscando enriquecer mi propia comunión con Él por medio de: la oración, la Escritura y la obediencia ética; de tal modo que yo pueda ser un reflejo del carácter paternal de Dios aquí en la tierra. Comprendo la maravillosa realidad de ser un embajador de Dios Padre en la tierra.
·       Ser un hombre respetuoso de la feminidad de mis hijas, entendiendo que son seres maravillosos pero tan distintas a mí, y asumiendo que un trato tierno, delicado, y dentro de claros límites morales; les ayudará a ellas a definir mejor sus futuros objetos de amor. 
·       Ser un hombre cuidadoso de mi hogar en todos los sentidos; que la sociedad entera pueda ver en mí al único responsable de proteger, proveer y liderar a mis hijas. Entiendo que puedo delegar ciertos aspectos de autoridad a su madre, pero asumo que el único responsable de mi hogar delante de Dios, la sociedad y mi propia conciencia, soy solamente yo.
Quiera Dios que la muerte me encuentre fiel en el cumplimiento de este compromiso, y que después de mi partida, haya dejado no un mundo mejor para mis hijas, sino y sobre todo, mejores hijas para este mundo. Porque en realidad yo no puedo cambiar el mundo, pero sí puedo generar un cambio en este mundo por medio de construir hogares más comprometidos con los valores y principios eternos del glorioso Reino de Dios. Amén.
Dado en Quito, DM., Junio 30 del 2017.
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Firma

MI COMPROMISO COMO HIJA
Por, J. Joaquín Orellana, PhD.
Palm Missionary Ministries, Inc. -USA.
Entendiendo que soy una creación maravillosa de Dios, única e irrepetible, en transformación permanente y significativa como una preciosa mariposa (Rom. 12:1-3); y, luego de comprender en que consiste el modelo de la Paternidad Autoritativa, y que es el modelo de Dios para mi padre terrenal, yo __________________________, también me comprometo, solemnemente, a trascender los siguientes valores morales y espirituales provenientes de las Sagradas Escrituras, y expresados en el siguiente acrónimo: Perla.
  • Pureza, en todos los sentidos.
  • Estima, de mi misma como creación e imagen de Dios.
  • Respeto, por mi cuerpo como templo del Espíritu Santo.
  • Libertad, entendida como la facultad de escoger entre lo bueno y lo mejor.
  • Amor, ágape, sacrificial, comprometido, inteligente y significante.
Conociendo, además, que las perlas son el resultado de un proceso doloroso, permanente pero gratificante al fin de muchas tormentas de arena que sufre una ostra, asumo el compromiso de crecer íntegra e integralmente, en el modelo del Señor Jesús (Lc. 2:52), transformando cada grano de arena, que son las dificultades y desafíos de la vida, en perlas preciosas en mi vida.
Me comprometo además, como mujer, a honrar a mis padres, inclusive aún después de su muerte; y, a asumir siempre la actitud humilde y reverente de una adolescente como María, quien ante el imponderable de la concepción sobrenatural del Hijo de Dios, pronunció su pequeña canción denominada Fiat, que de hoy en adelante será también la mía:
Lucas 1:38 Reina-Valera 1960.
Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.  Amén.
Dado en Quito, DM., Junio 30 del 2017.
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Wednesday, August 2, 2017

Fornicación...!

Por, Dr. J. Joaquín Orellana, PhD.
Palm Missionary Ministries, Inc., USA.
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Se ha dicho siempre que fornicación es un pecado que define las relaciones sexuales pre matrimoniales. Y eso es una verdad parcial, pues la palabra griega que usa el NT para fornicación es porneía, que se debe traducir mejor como: "todo tipo de inmoralidad sexual" De este modo, fornicación son todas las relaciones sexuales pre matrimoniales, más todo tipo de disfunción sexual que pervierta el objetivo, naturaleza e identidad del perfil bíblico del sexo como de la sexualidad, como dones sagrados de Dios. La fornicación es un pecado global que incluye muchos otros pecados específicos, como: adulterio; masturbación, parafilias; pornografía; pornofonía; etc.


Por ello, hay que alertar a los padres de familia en nuestras iglesias cristianas evangélicas, acerca del supuesto enamoramiento de los adolescentes. Ciertamente, la adolescencia es una etapa maravillosa en todo ser humano donde se dan un cúmulo de cambios de todo tipo, entre ellos, cambios de tipo psico-afectivo y social. Una de las características de estos cambios es lo que se llama la socialización secundaria en el adolescente. La socialización primaria se da en el contexto de la familia, pero en la pubertad y adolescencia el muchacho(a) se abre con ávido interés gregario a sus amigos en desmedro de su familia, en otras palabras, la familia pasa a un plano secundario y lo más importante para ellos son sus amigos. Concomitante con esto, se desarrolla el interés heterosexual en los chicos, mismo que en la infancia y niñez no existe. Una de las evidencias de estos cambios es el enamoramiento "platónico" de los muchachos, lo cual no implica, per se, que deban consumar esas relaciones.

Creo firmemente como consejero, teólogo, andragogo y padre, que las relaciones afectivas entre adolescentes y jóvenes inmaduros es un tipo de fornicación. Permítame explicarle por qué. Pues para lo único que sirven estas relaciones afectivas entre adolescentes y jóvenes inmaduros no autónomos, es para:
  1. Perder el tiempo. Una relación afectiva demanda tiempo de cantidad, calidad y calidez. Los muchachos lo que menos tienen es tiempo para perder. Ellos deben enfocarse en su agenda propia de vida y no en embelesos fatuos, peligrosos y pecaminosos. El tiempo es un recurso no redimible. Lo que menos deben hipotecar los jóvenes de hoy y de siempre, es el tiempo.
  2. Alborotar sus hormonas y exponerse a los peligros consecuentes. No seamos ingenuos, todos sabemos que un encuentro de enamorados está cargado de afectividad y erotismo. Pasa de tomar la mano, a los besos, caricias tiernas, caricias eróticas, estimulación sexual, práctica de parafilias como jinear (frotarse el cuerpo por sobre la ropa), y hasta el coito mismo con el riesgo de contagio de enfermedades venéreas (como VIH Sida), e incluso,  de posibles embarazos no deseados.
  3. Desenfocar su proyecto de vida y ponerlo en riesgo definitivo. Precisamente el perder tiempo, y poner en riesgo la pureza sexual al punto de posibles embarazos, desenfoca y pervierte completamente el proyecto de vida que debe ser sagrado hasta su consecución. Vale la pena decir que en nuestra sociedad, muchos de los jóvenes ni siquiera tienen un proyecto de vida. Viven por vivir. Cuántos jóvenes no han desgraciado todo su futuro, y para siempre, por simples momentos de placer inadecuado!
Mi consejo es que los jóvenes cristianos inicien relaciones afectivas de enamoramiento y noviazgo, una vez que hayan logrado una autonomía integral para el efecto, de otra manera no. La palabra autonomía viene del griego autos = sí mismo; y nomía, de nomos = regla, norma, precepto, gobierno; de modo que la autonomía es la capacidad de auto-regulación moralmente responsable y proactiva de un ser humano. Cuando los jóvenes tengan autonomía financiera, psicológica, profesional y espiritual, entonces estarán aptos y habilitados existencialmente para iniciar relaciones con serios propósito de matrimonio, y no por esnobismo puro. Y eso además, si tienen el llamado para el matrimonio, de lo contrario es mejor, santo y digno, permanecer solteros.

El propósito de nuestra paternidad es criar hijos(as) físicamente sanos, emocionalmente maduros, socialmente responsables, moralmente definidos, y espiritualmente abiertos al temor de Dios. Uno de los autores que puede ayudarle mucho para manejar este asunto es Joshua Harris, y en especial su libro "Ni aún se Nombre" que se trata de un estudio bíblico respecto de la inmoralidad sexual; y otro que se llama "Le dije Adios a la Citas Amorosas" Aparte de considerar consultar mi libro sobre "Matrimonios y Familias Saludables" disponible en librerías.
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