JOSELITO & ANITA ORELLANA
Enseñanza, publicaciones & consultoría
CARTA MINISTERIAL.
"El Señor es mi pastor” es la icónica frase con la que el pueblo evangélico define, de alguna manera, su identidad espiritual. Pero más allá de aquello, son los pastores los que entrañan dicha sentencia tierna, patentada por quizá el mejor ejemplo de pastor en el AT, que a su vez aprendió también a ser oveja en el camino. De hecho el Salmo 23, no es el salmo del pastor, sino el salmo de la oveja. Al parecer, la mejor -o única- manera de ser el mejor pastor, es comenzar siendo la mejor oveja del Señor.
Una de las tragedias que sufren los pastores y misioneros de todos los tiempos, es que son los únicos en la Iglesia que no tienen pastor. Pues, Quién pastorea al pastor? El síndrome de la soledad, la frustración y la depresión, persigue a muchos siervos de Dios, al punto de la deserción, o el suicidio; precisamente porque no tienen una válvula de escape para compartir aquello que probablemente no pueden, o no deben, compartir con cualquier persona, menos con su esposa o familia.
A lo largo de 40 años de ministerio, he descubierto, algunas claves simples pero eficaces, para sobrellevar la extraordinaria y gloriosa; pero a veces angustiante carga del ministerio. Aquí se las comparto con respeto, ternura y franca solidaridad:
Primero. Tenga amigos íntimos. Jesús los tuvo: Pedro; Jacobo; y, Juan. Al menos tres veces en el evangelio estuvieron presentes en momentos estratégicos y existenciales de su vida y ministerio: Transfiguración, resucitación de una niña, y en Getsemaní.
Segundo. Aprenda a llorar sin culpa. Jesús lloró en público frente a la tumba de Lázaro; y frente a Jerusalén. Llorar relaja el alma, y libera hormonas de dolor y angustia.
Tercero. Huya de la soledad. El retraimiento es otra cosa. La soledad jamás ha sido la voluntad de Dios para el ser humano, peor para sus siervos. Pero alejarse breve y dosificadamente del ministerio, y a veces de la familia misma, es saludable. Jesús supo manejar el retraimiento saludablemente, cada vez que necesitó una catarsis con su amante Padre. Un lugar en la playa, la montaña, o un simple rincón en su casa; pueden ser el mejor espacio para disfrutar la recarga total que necesita para continuar su peregrinaje.
Y escuchar al mejor ejemplo de pastor en el NT, nos reanima mucho cuando dice: "Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria" (1 Pd. 5:4). Amén, queridos compañeros de milicia.
HECHOS 20:24.
Con todo mi amor en Cristo, Dr. Joselito Orellana, DMin. PhD.
PALM MISSIONARY MINISTRIES INC. USA.
www.joselitoorellana.blogspot.com
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