Quito, julio 23 de 2018.
DISCURSO DE
ORDEN. Por, Galilea Orellana Vera.
(Salutación)
Señor rector Lic. Francisco Sevilla, señora vicerrectora Lic. Viviana Quiroga,
señores de la mesa directiva, señores del personal administrativo, cuerpo
docente, queridos compañeros graduandos, señores padres de familia, y público
en general. Buenos días.
(Frase)
El
principio de la sabiduría es el temor al Señor (Proverbios 1:7)
(Introducción)
Hoy es un día lleno de gozo pues celebramos nuestro primer triunfo a nivel
académico al dar por terminada nuestra vida escolar. Pero debo resaltar que
este logro no habría sido posible sin personas que me apoyaron en todo momento,
empoderándome en los momentos difíciles y celebrando éxitos junto a mí.
(Gratitud)
Por ello, quiero tributar mis infinitas gracias hacia Dios, el dador y salvador
de mi vida que guía mis pasos, siendo incondicionalmente fiel y llenándome con
su perfecto amor. No puedo dejar de agradecer a mi familia, a mis padres por
brindarme la oportunidad de estudiar y apoyarme en todo momento con amor y
sabiduría, y también a mis hermanas que son mis mejores amigas, y hacen más
placentera mi experiencia de vivir. Finalmente, debo extender mis profundos agradecimientos
a la Unidad Educativa Miguel de Cervantes Saavedra, por proveerme de la formación
académica, con calidez y calidad.
(Experiencia)
He estudiado en ésta institución desde los 4 años de edad, y si bien no
recuerdo todo con exactitud, sé con certeza que cada experiencia escolar, contribuyó
a formar lo que soy ahora. Es una locura si se dan cuenta como una niñita, con
el cabello negro hasta los hombros, cerquillo, orejas muy grandes y tímida; que
no gozaba de fluidez, iba a conocer y a aprender de personas asombrosas, para convertirse
años después en una Bachiller a poco de cumplir los 18 años e ingresar a la Universidad.
Es increíble cuán rápido pasa el tiempo, pero nada se compara a los desafíos
que estamos por vivir de ahora en adelante en esta constante construcción de la
historia de nuestra vida.
(Mensaje) A ustedes compañeros, mi
felicitación por el logro conquistado, y mi gratitud por la oportunidad de
conocerlos y compartir una experiencia desafiante de enriquecimiento. Nunca se den por vencidos ante nada y ante nadie;
Inviertan su vida para beneficio de los demás; ustedes son imprescindibles para
Dios; recuerden que el éxito en la vida no
es una dádiva sino una conquista. Piensen que la vida tiene sentido sólo cuando
se convierten en parte de las soluciones que el mundo necesita. Nunca tengan
miedo, sino de fallarse a sí mismos y a sus sueños. Vayamos al mundo y dejémoslo un poco mejor de cómo lo
encontramos.
(Despedida) Decir adiós siempre duele, pero es
mejor pensar que es simplemente un hasta pronto. Pues la vida es cíclica en
gran manera, y más pronto de lo que pensamos, las circunstancias nos ponen de nuevo
en el peregrinaje de la vida, enriquecidos de nuevas formaciones y
experiencias. Quiera Dios que ese escenario nos encuentre más gratificados y
enriquecidos por los nuevos desafíos logrados. Soli Deo Gloria.
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