Por, Dr. J. Joaquín Orellana, PhD.
Misionero de Palm Missionary Ministries, Inc., USA.
Todos los derechos reservados por el Autor.
Después de muchos años de ministerio misionero, ya sea como pastor, profesor, mentor, consejero, escritor, conferencista, etc; he descubierto que existen algunos monstruos en el camino de un ministro de los cuales debemos cuidarnos cada día con verdadero celo, discernimiento y radicalidad moral y ética. Esos monstruos son, el mal uso del (o de la):- Sexo. Este es el regalo más precioso de Dios para el matrimonio, pero fuera de él es el más letal enemigo para destruir a la persona y su ministerio. Una vez caído en este pecado de adulterio, fornicación, etc., jamás se restituye el ministerio porque se perdió la irresponsabilidad para siempre.
- Dinero. El más claro ejemplo de eso es el evangelio de la prosperidad. Facinerosos que andan detrás no de las ovejas, sino de su dinero, es decir de trasquilarlas hasta dejarlas desnudas. Hay que aprender a amar a las personas y usar las cosas, pues lo contrario es avaricia, codicia pura.
- Popularidad. Hay ministros que andan detrás de los cargos, sin asumir las cargas de los mismos,. Solo les interesa la farándula religiosa, la portada de la revista, el viático, las prebendas de los cargos, etc. Ymuchos de ellos ni siquiera asisten a un culto dominical con sus familias.
- Política. De hecho los ministros fieles y verdaderos jamás deben involucrarse en el activismo político. Todos somos seres políticos por ser ciudadanos de regímenes democráticos, pero no estoy hablando de votar en una elección por ejemplo, o de dar una opinión ciudadana, respetuosa y sustentada sobre temas sensibles; sino de hacer de los cargos políticos una profesión. De hecho, el cargo de ministro de Jesús, es más importante que cualquier monarquía o presidencia en el mundo.
- Autoridad. El poder religioso es el más peligroso y nocivo que cualquier otro, porque tiene influencia y control sobre lo mas íntimo del ser humano que es su espiritualidad y dignidad como persona. La mala mayordomía de la autoridad, te hará parecer ególatra, narcisista, vanidoso, orgulloso, prepotente, autoritario, sectario, falaz, en una palabra: un semidios.
- Doctrina. Un gota de cianuro envenena todo un litro de leche; no necesitamos tanta mentira, sólo es necesario sucumbir a una y el resto de la falsedad vendrá por añadidura. Hoy en día en las iglesias no se predica tanto lo que dice la Biblia, sino lo que el predicador cree que dice, o quiere que diga, y peor aún, se predica lo que la gente quiere escuchar.
Ninguno de estos aspectos que he mencionado es malo en sí mismo, pero el mal uso o abuso de los mismos, sí lo es. Lo peor de todo es que una vez que has caído en sus garras jamás puedes recuperarte. Dios en su misericordia te perdonará si hay verdadero arrepentimiento, pero recuperar el ministerio , la integridad, la irreprensibilidad; es verdadera y dolorosamente imposible...!
Vale recordar las palabras admonitorias de nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo, quien dijo que ante estos monstruos destructores, debemos: velar y orar para no caer en tentación. Bendiciones.
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