¿ES USTED UN PhD?
Por, Dr. Joselito
Orellana. DMin. PhD.
Misionero de Palm Missionary Ministries Inc. USA
Pastor de la Iglesia Bautista
Universitaria, Quito
Rector del Liceo Bautista Charles
Spurgeon, Pifo
Septiembre, 2014
Hace algún tiempo en una de mis
clases de teología con los pastores indígenas en el páramo de Cañar-Ecuador,
uno de mis estudiantes me preguntó: ¿Qué significa
PhD? Y antes de que yo pudiera contestar, otro compañero estudiante se me adelantó
y con voz firme, entusiasmada y sincera le dijo: Significa, Pobre Hijo de Dios. El primer estudiante me preguntó nuevamente si era
verdad, y luego de pensarlo inmediatamente, y gratamente sorprendido por tan inocente
creatividad, le dije: Si, eso también
significa.
PhD es uno de los conceptos más
mencionados hoy en el mundo de la modernidad académica, tecnológica y
científica. Sin embargo ésta real experiencia me hizo pensar en otras opciones
semánticas de estas siglas que prácticamente se han convertido en un acrónimo
de estatus científico en el mundo.
Al pensar en mí mismo como padre
y creyente en Cristo, como mi estudiante indígena, me atrevo a proyectar otra
significación particular a este acrónimo. Pensando en las exigencias
axiológicas que me harían mejor padre de mis hijas y creyente en Jesucristo, y considerando
mis debilidades personales, deduje que yo también necesito ser un verdadero PhD.
Más allá de ya ser un Pobre Hijo de Dios, que a la luz de la Sagrada
Escritura podemos ser (Cf., Mt. 5:3), definí que el acrónimo PhD resume las
tres grandes falencias de mi vida, y dialécticamente las tres virtudes que
necesito constantemente aprehender: Paciencia;
Humildad y Denuedo.
Yo necesito ser más paciente en
los dos sentidos que el idioma griego sugiere en sus dos términos que maneja en
la Biblia para “paciencia”, esto es;
ser paciente respecto de personas
difíciles de tratar, y también ser paciente respecto de situaciones complejas de tolerar.
Humildad es otra de mis
asignaturas pendientes, entendiéndola correctamente según la Escritura como la virtud
que nos permite vernos tal como Dios nos ve, esto es, como seres finitos desesperadamente
necesitados de su maravillosa gracia y misericordia.
Y finalmente, denuedo o coraje. No
obstante de mi carácter emprendedor y proactivo, reconozco que hay situaciones
que me congelan y me obstaculizan lograr mayores y mejores metas para la gloria
de mi Señor y la extensión de su Reino. Por tanto, el gran objetivo axiológico
para mi vida como ser humano, creyente en Cristo y padre de cuatro maravillosas
hijas a la vez es: aprehender constantemente a ser más paciente, humilde, y
denodado.
La paciencia me permitirá ser más sabio y consecuente con las
circunstancias intolerables de los seres humanos; la humildad me permitirá mantenerme en mejor comunión con un Dios
maravilloso que lo único que sabe hacer conmigo es amarme diariamente; y el denuedo, me mantendrá en constante paz
conmigo mismo, al saber que mis logros serán el resultado de mis mejores
intenciones y agencias.
¿Qué de usted? ¿Es usted un PhD?
En la lógica sencilla, diáfana y creativa de mis estudiantes campesinos, si es
posible serlo. En principio, usted necesita ser un Pobre Hijo de Dios.
Para ser el mejor padre del mundo
usted primero debe ser el mejor hijo de Dios. Según Jn. 1:12 es tan sencillo
como recibir el regalo más impresionante de la vida: Sólo recibir a Jesucristo
como su Señor y Salvador personal. Y Dios le dará el derecho de ser su hijo, y usted tendrá el privilegio y
derecho de llamarlo tiernamente: Padre.
En una sociedad convulsionada y camino a la destrucción por la descomposición del matrimonio y la familia, la única manera de ser un excelente padre terrenal, es comenzar siendo un verdadero y pobre Hijo de Dios. Usted puede ser un verdadero PhD ahora mismo. Amén.
Estel artículo forma parte de la 2ª edición del FUNICONCURSO “Publicación Solidaria” por lo que que se facilite el siguiente enlace a la web del concurso (www.estudiarenfuniber.com)