Existen varios ejemplos de padres en la Biblia, unos buenos, otros mejores, y otros innombrables como tales, como el caso de David.
Si consideramos el texto de Mateo 1:18
- José fue un tipo inteligente, v. 18; pues se enamoró de una mujer de la que precisamente Dios el Padre también escogió para ser la madre histórica de su Unigénito Hijo, el Señor Jesucristo. Un buen matrimonio, familia y paternidad, comienzan con una buena elección de con quién me casaré!
- José fue "justo" dice el v. 19, esto no significa que era impoluto, inmarcesible sin pecado, no...! Esta palabra también se puede traducir como íntegro. Significa que era un hombre común y corriente, pero con una integridad, irreprensibilidad y honestidad social a toda prueba. Dikaios (grupo selecto en el judaísmo, de hombre honorables que honraban el verdadero espíritu de la palabra de Dios) es la palabra en griego, y significa que era un hombre correcto, cumplidor de toda la buena jurisprudencia, moral y ética judía. Y porque era justo, y amaba a María, cavilaba la forma de cómo proteger su vida y la del bebé, que él sabía no era genéticamente de él. Se produce un sueño para que Dios pudiera ordenar los pensamientos y emociones del humilde carpintero (Gr., artesano), luego de lo cual, se pueden notar las otras cualidades caracteriológicas de José.
- José también fue un padre piadoso (v. 20). “Pensando él en esto…” significa que José buscó la manera de proteger la vida de María y del bebé, pues la jurisprudencia veterotestamentaria era radical en cuanto al tema del adulterio, ya que se pagaba con la pena capital por lapidación. La vida de María y de su bebé literalmente estaban en manos de José. Él solo debía denunciarla o “infamarla” y la sociedad judía, con José y su suegro a la cabeza debían llevar a la adúltera a un precipicio y desbarrancarla, para luego apedrearla, matarla y sepultarla allí mismo. El escenario es dramático, pero José tiene una opción en mente: disolver el matrimonio y de ese modo proteger a María el bebé, aunque él habría quedado con la afrenta moral de la vergüenza social de un hombre traicionado en el mismísimo desposorio, lo cual hacia más grave el supuesto adulterio. La piedad habla de un hombre temeroso de Dios, adorador, servidor de Dios. La impiedad tienen que ver con la rebeldía, orgullo, arrogancia y testarudez.
- Fruto de su piedad, José fue también un hombre obediente (v. 24). Luego del sueño, él “hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer” Nota el énfasis de pertenencia, pues cuando él había estado suponiendo que María ya no era su mujer –por el supuesto adulterio- ahora asume a María –a pesar de las circunstancias explicadas por el ángel y cotejadas con la profecía de Isaías que José como dikaios sí conocía bien-, como “su mujer” ya que el ángel le había exhortado anteriormente que María es: “tu mujer”(Cf., v. 20) El nombre arameo Emanuel (Dios entre nosotros), se menciona solo dos veces en la Biblia en Isaías 7:14 y en Mateo 1:23.
- Mateo reporta en el v. 25, que José recibió a María su mujer (en lugar de difamarla y denunciarla para ser muerte por lapidación, según la ley judía) y no la conoció (esto es, sexualmente) hasta que nació su hijo primogénito. Esto es maravilloso, pues dice "su" hijo, es decir lo adoptó como tal aunque genéticamente no provenía de él. Además, se menciona el carácter de primogénito, pues tanto Mateo 13:55 como Marcos 6:3, dicen que tuvo 4 hermanos más: José, Simón, Jacobo y Judas; y además hermanas, que según el libro apócrifo: La historia de José el Carpintero (cf., 2:3) del siglo II, se dice que fueron dos, y se llamaron Lisia y Lidia. Jesús fue el primogénito de siete hermanos, que según la cultura hebrea constituían una familia perfecta. Así podemos ver que José era respetuoso con respecto a María; pues en lugar de abandonarla y matarla, la amó, la respetó tan tiernamente que hasta sexualmente la honró, cuando otros judíos ultrajaban a sus mujeres por mucho menos.
- En el contexto de la matanza de los infantes proclamada por Herodes el rey idumeo, José tiene que huir a Egipto, para luego regresar a Israel (Mt. 2:20) y más precisamente al norte a Nazaret (Mt. 2:22b) por miedo de Arquelao, hijo heredero del rey Herodes el Grande (Mt. 2:22a) En todo esto, no existe una sola palabra de reproche de José. Nunca refunfuñó, nunca retozó, nunca se rebeló, nunca cuestionó. Eso se llama humildad, cuando reconoces quién es Dios: santo, santo, santo; y cuando reconoces quien eres tú: un miserable pecador. De hecho, nunca en el NT, y en el evangelio especialmente, José dice nada; no conocemos ni una sola palabra de él, porque simplemente se limitó a hacer la voluntad de Dios. Incluso en el evento de los doce años en el templo, la persona que habla es María muy enojada y angustiada (Lc. 2:48), pero José no dijo nada.
- Finalmente, en Mt. 2:22, se registra que José huyó hacia el norte de Israel para precautelar la vida del niño Jesús. José siempre puso su pellejo antes de todo para cuidar y proteger la vida de Jesús. Él fue un padre protector a toda prueba. En toda la vida de Jesús, al menos desde su nacimiento; su circuncisión (Brit Milá, cf., Lc. 2:21ss); hasta su Bar Mitzvah , que significa “hijo de sometimiento, o hijo de la ley / mandamiento” (ceremonia de iniciación en el Judaísmo a los 12-13 años, cf., Lc. 2:42ss), José estuvo presente en la vida de su hijo primogénito hasta su adolescencia, pues a partir de allí, el evangelio nunca más vuelve a mencionar a José.

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