LAS SIETE
PALABRAS, Y UNA MÁS…
Por, Dr. JOSELITO ORELLANA, PhD.
1. "PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN"
LUCAS. 23:34.
2.
"TE ASEGURO QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO"
3. "MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO... AHÍ
TIENES A TU MADRE"
4. "¿DIOS MÍO, DIOS MÍO, POR QUÉ ME HAS
ABANDONADO?"
7.
"PADRE, EN TUS
MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU!"
"¿POR QUÉ BUSCAN USTEDES ENTRE LOS
MUERTOS AL QUE ESTA VIVO?"
"NO ESTA
AQUÍ, SINO QUE HA RESUCITADO"
LUCAS. 24:5b, 6a.
Hoy
en día la gran mayoría de personas viven sin entender las consecuencias de la
muerte y resurrección de Cristo. No han comprendido aun que Jesús no es un Dios
de crucifijo de sepulcro; no es un Dios moribundo y agonizante; por el
contrario es un Dios vivo, de gloria y majestad. Al igual que las mujeres que
fueron a buscar el cuerpo de Jesús en un sepulcro y no lo hallaron, hoy son
millares y millares de personas que de la misma manera están buscando a Jesús
en "sepulcros" modernos que el hombre ha fabricado, y tampoco lo
encuentran. Esos "sepulcros" son:
"religión", "moralidad", "buenas obras",
"tradición", "filosofía", "sectas",
"meditación trascendental", "nuevas revelaciones",
"secularismo", "humanismo", "astrología",
"ciencia", etc.
A Jesús ya no lo encontramos en un pesebre donde nació; en
una cruz, desde donde pronunciara el sermón más agonizante de toda la historia
de la humanidad; tampoco lo encontramos en una fría tumba donde lo sepultaron,
como tampoco lo encontramos en todos los "sepulcros" de la historia y
la modernidad. A Jesús lo encontramos revelado en su Palabra, y ella da
testimonio de ÉL. Y esa Palabra revelada nos dice que:
"Despreciado
y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y
sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios
y abatido. Mas él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él (Cristo) el pecado de
todos nosotros" (Isaías. 53:3-6).
Por lo tanto, el gran imperativo del cristianismo, es el encuentro personal con Jesús: Cristo
y Señor Resucitado. A diferencia de otras religiones que evocan a
líderes muertos e impotentes, la fe bíblica-cristiana proclama al único Señor
que destruyó el poder de la muerte y del pecado: JESUCRISTO. El propósito de la muerte de Jesús fue el darle vida
eterna a usted. Él murió para que usted viva eternamente. ¿Se ha encontrado ya con el
Cristo vivo y glorioso? Él está
buscándole…!
Palm Missionary Ministries, Inc. USA.
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