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Quería armar un alboroto y lo ha conseguido. Krzysztof Charamsa se convirtió en el primer sacerdote que trabaja en el Vaticano en declarar abiertamente su homosexualidad.
Lo ha hecho en un momento crítico: en la víspera del sínodo sobre la familia, en el que prelados de todo el mundo debatirán sobre temas como el trato a los divorciados o a los homosexuales.
Charamsa no ha querido ser discreto: salió del armario con una larga entrevista publicada este sábado en Il Corriere della Sera, el diario de mayor circulación en Italia, en la que invita a la Iglesia a aceptar plenamente a los fieles homosexuales.
"Quiero que la iglesia y mi comunidad sepan quién soy: un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de su identidad. Estoy dispuesto a pagar las consecuencias, pero es hora de que la Iglesia abra sus ojos a los creyentes homosexuales y entienda que la solución que les ofrece la abstinencia total de la vida del amor, es inhumana", dijo.

En el corazón del Vaticano

Charamsa no es un sacerdote cualquiera. Lleva 17 de sus 43 años de vida residiendo en Roma, donde desde 2003 es oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada precisamente de defender la doctrina de la Iglesia.
Además es secretario de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano y es profesor de Teología en la Universidad Pontificia Gregoriana y en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum en Roma.
El Vaticano ya anunció que no podrá continuar en esos cargos.

Un debate bajo presión

Las palabras de Charamsa cayeron como una bomba en el Vaticano cuyo portavoz, Federico Lombardi, las calificó de "irresponsables", sobre todo por producirse en la antesala del Sínodo Ordinario para la Familia, que se celebrará hasta el 25 de octubre.
"A pesar del respeto que merecen los hechos y circunstancias personales y las reflexiones sobre ellos, la elección de declarar algo tan clamoroso en la víspera de la apertura de Sínodo resulta muy grave e irresponsable", dijo Lombardi en un comunicado.
El portavoz del Vaticano denunció que las declaraciones de Charamsa buscaban "someter la asamblea sinodal a una presión mediática injustificada".
Charamsa no lo niega. Al contrario, admitió que su revelación pública busca llevar un mensaje a la Iglesia. "Quiero con mi historia sacudir un poco la conciencia de la Iglesia", reconoció.
"Me gustaría decir al Sínodo que el amor homosexual es un amor familiar, que necesita de la familia. Todas las personas, incluso los gays, lesbianas o transexuales, lleva en su corazón el deseo de amar y de la familiaridad", agregó.

Puesta en escena

Si la entrevista de Charamsa con Il Corriere della Sera estaba pensada para crear impacto, no lo estaba menos la rueda de prensa que ofreció ayer en la que se presentó acompañado por su pareja sentimental.
Además planeaba asistir la noche del sábado en Roma a la primera reunión internacional de homosexuales católicos, organizada en la víspera del Sínodo de la familia con el objetivo de presionar en favor del diálogo de la iglesia con sus fieles homosexuales.
Charamsa compareció ante la prensa acompañado por su pareja sentimental.